domingo, 28 de agosto de 2016

BARRERAS QUE HA DE VENCER EL JURISTA MEDIADOR


BARRERAS QUE HA DE VENCER EL JURISTA MEDIADOR

Mi profesión de origen fue la de funcionaria de la Administración de Justicia, pero a la que me he dedicado durante veintidós años es la de Procuradora de los Tribunales, actividad que me gusta enormemente, mi vida profesional tomó un rumbo inesperado cuando por el año 2.009 escuché hablar de la mediación, podemos decir que me envolvió. El que llega a entender la mediación y la siente nota como su vida da un vuelco, diría que de 180º.

Pues bien, no escribo este artículo con el fin de contar mi vida, que nada tiene de especial, sino para hablar de lo difícil o complicado que puede ser dejar atrás la mochila de conocimientos y aptitudes jurídicas que hemos adquirido los que nos hemos formado en ese ámbito.

Voy a concretar algunos de los más asiduos, sin que ello signifique que sean los únicos: 

1.- Comenzando por limitar nuestra capacidad directiva, ¿cómo no decirle a una persona, lo que creemos nosotros que más le beneficia, o lo que tiene que hacer para resolver su problema?

Pues tengamos en cuenta que en la mediación estamos entre emociones, se van a tratar derechos subjetivos de libre disposición. Por tanto nuestra labor comienza por una escucha activa, demostrando en todo momento que estamos pendientes de todos los detalles, tanto de los verbales como de los no verbales, no tenemos que elaborar una respuesta (como sería en el ámbito jurídico), sólo hemos de observar y escuchar con mucha atención, y demostrarlo de manera constante, empatizando y comprendiendo su posición, limpiando nuestra conciencia de todo tipo de prejuicios. ¡Y créanme no es tan fácil! ¿Quizás no es complicado reaccionar en esos momentos en que vislumbras tan clara la solución? y tan sólo has de limitarte a ir usando técnicas para mostrarle la misma por si les interesa, pero nunca decirle esta es, o bien en casos en que llegan entre ambos a un acuerdo que tú, por deformación profesional, consideras que no es equitativo, ¿puedes hacerlo ver sin inculcar tu neutralidad? debes moderarte pues,  es su solución, no la tuya.

Por otra parte de cómo se actúe depende que se reafirme la confianza en nosotros, y nos ratifiquen como las personas que les vamos a ayudar a solucionar. Y así tantas veces como implicados existan en el conflicto, equiparándolos, empoderando, para el mediador todos tienen una postura razonable (neutralidad), consiguiendo que las partes se escuchen de forma respetuosa, distendida, poniéndose en los zapatos del otro, en definitiva tendiéndoles puentes de entendimiento para entre la lluvia de ideas que vayan surgiendo encontrar su solución; utilizando las distintas técnicas en los momentos adecuados, y siendo asertivo ante bloqueos.

2.- Sería aconsejable borrar de nuestra cabeza el término cliente, y sustituirlo por el de mediados, aunque sigue siendo un servicio el que prestamos. Este segundo es más cercano y sobre todo porque deben sentirse en igualdad, no por ser una parte la que solicita la mediación y la otra la que la acepta, pueden observar algún tipo de desequilibrio por ello (Imparcialidad). En la teoría lo vemos muy fácil, pero cuando lo empiezas a practicar te das cuenta de que tus sentimientos y emociones entran en juego también en el círculo que se forma en un proceso de mediación, en el que tú eres el vínculo de unión.


 3.- También es conveniente que en la mediación dejemos a un lado nuestras terminologías jurídicas, nada de tecnicismos, las personas deben sentir que se pueden expresar con sus palabras, con su lenguaje más o menos culto, y adaptarte a ello, haciendo que se sientan cómodos en su expresión y entiendan perfectamente la nuestra, mostrándoles en todo momento que los estas entendiendo y que entienden, para ello tenemos también distintas técnicas como es el parafraseo, la reformulación etc., que no sólo sirve para que retomar y comprobar que la otra parte lo está asimilando, sino para demostrar que nosotros mismos hemos comprendido lo que expresan.

Una vez vencidos esos tres puntos, ya no será tan difícil considerarte mediador del ámbito jurídico, sólo dependerá de saber aplicar los conocimientos y ser avispado para utilizarlos en los momentos adecuados. Como siempre he dicho las técnicas que se aprehenden se perfeccionan practicando y con mucha fe y confianza en la labor que se está desempeñando.




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